Asociación

Asociación
Asociación Filosófica del Uruguay

martes, 7 de febrero de 2012

La filosofía sale a la calle

La filosofía sale a la calle: Mauricio Beuchot
15 enero, 2012
Les compartimos una interesante entrevista que el diario Milenio le hizo al filósofo mexicano -quizás el más reconocido y leído a nivel mundial- Mauricio Beuchot Puente, a propósito de problemas contemporáneos que vive nuestra sociedad y país.
φ Filosofar ¿para qué?, se pregunta el pensador. En un primer impulso, para incidir en las condiciones políticas y económicas de México; en otro orden, para encontrar la fuente que le da sentido a la vida.
Mauricio Beuchot, autor de Interpretación y realidad en la filosofía actual Foto: Pascual Borzelli Iglesias
Mauricio Beuchot reflexiona sobre el quehacer filosófico, su urgente necesidad de recuperar espacios y de responsabilizarse con la historia. Además, defiende una fundamentación ontológica de los derechos humanos y considera a la fe como fuente necesaria de sentido.
Nacido en Torreón en 1950, investigador del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, ha publicado más de 250 ensayos filosóficos e históricos, es un prolífico traductor de pensadores novohispanos que escribían en latín, colaborador de varias revistas nacionales e internacionales y reconocido como uno de los filósofos iberoamericanos más importantes por su “hermenéutica analógica”. De entre sus obras destacan Filosofía y derechos humanos (1993), Interpretación y realidad en la filosofía actual (1996) y Tratado de hermenéutica analógica (1997).
[Entrevista]
• ¿Desde su perspectiva ético-política, qué diagnóstico hace sobre el momento histórico que estamos viviendo, nacional y globalmente?
Estamos en un momento de mucho riesgo porque vemos que lo más globalizado es la pobreza. Preocupa, cuando menos, por el impacto en la economía de Europa: ¡no imaginábamos nunca que hubiera problemas allá! Pero, sobre todo, eso repercute en nuestro país. Me inquieta el trasfondo —político y económico— que ha desatado la violencia. Si no hay oportunidades, si no hay opciones, la gente tiende a buscar salidas falsas en la violencia, el robo, la extorsión. Todo está interconectado. Tenemos que darnos cuenta de que la situación es muy compleja, que no se trata nada más de encarcelar a los violentos, sino de crear condiciones de posibilidad para que haya una paz que anhelamos.
• ¿Qué papel jugaría la filosofía en un contexto como éste? ¿Tiene algún tipo de incidencia?
Creo que sí. Justamente, lo hemos abordado el actual director del Instituto de Investigaciones Filosóficas, el doctor Guillermo Hurtado, y otros compañeros, entre ellos José Alfredo Torres. Hemos sacado algún trabajo sobre qué hacer para que la filosofía repercuta en la realidad, sobre todo política, del país. Si vemos con cuidado, comprobaremos que a principios del siglo XX la filosofía tuvo una enorme incidencia. Vasconcelos, por ejemplo, participó en la Revolución; Antonio Caso, aunque no tomó parte en la lucha armada, criticó a los positivistas de Porfirio Díaz. Incluso en Samuel Ramos se deja observar la filosofía de la cultura. Si del siglo XX quitamos, por ejemplo, a la corriente marxista y a los teóricos de la liberación, veremos que la filosofía se ha reducido a una mera cuestión académica, a la torre de marfil, a las investigaciones.
Debemos recuperar espacios. Ya nadie quiere hacer trabajo periodístico, por ejemplo. Tanto Vasconcelos como Caso publicaban en los periódicos; ni siquiera había revistas filosóficas especializadas. Claro, de esta globalización de la producción intelectual también tiene la culpa el hecho de que si no es en revistas cada vez más especializadas, que casi nadie lee, es decir, cada vez más encerradas en la torre de marfil, no publicamos.
• ¿Qué le parece la decisión del gobierno actual de eliminar las humanidades de la educación media superior?
Me parece lamentable. Yo estaba muy orgulloso de que en mi país se sintiera cada vez más el auge de las humanidades. Y pensé que esto iba por buen camino. La cuestión artística, la cuestión cultural, habían adquirido una presencia muy fuerte en México. Y de repente, se tomó esa medida no sólo incomprensible sino lamentable, porque suprime la posibilidad de que surjan vocaciones intelectuales y artísticas en el bachillerato. Quitando la presencia de las materias filosóficas, se está evitando que haya una orientación hacia las humanidades. Somos un reflejo de lo que ocurre en muchas partes. También he sabido que en España se han suprimido las materias de filosofía del bachillerato. En lugar de pensar en crear opciones de trabajo, empleos en la línea de las humanidades, se trata de evitarlos. Porque, de hecho, se ve a la filosofía como algo inútil; incluso amenazador y peligroso. ¿Para qué encauzar por ahí a los jóvenes si van a ejercer un pensamiento crítico?
(La entrevista continua sobre otros temas en el enlace de referencia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario