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Asociación Filosófica del Uruguay

martes, 7 de febrero de 2012

¿EL PRESIDENTE CHÁVEZ DEBE QUEDARSE HASTA EL 2031? QUIEN AVISA AMIGO ES

¿EL PRESIDENTE CHÁVEZ DEBE QUEDARSE HASTA EL 2031?
QUIEN AVISA AMIGO ES

Sirio López Velasco (Filósofo, lopesirio@hotmail.com)

En esta breve reflexión abordaremos un tema que ya hemos tocado varias veces en correspondencias privadas con compañer@s venezolan@s, incluso con algun@s muy cercan@s al Pte. Chávez; como no hemos recibido respuestas, creemos que ha llegado el momento de divulgar algo más ampliamente nuestro punto de vista (en especial si sitios revolucionarios como “Rebelión” www.rebelion.org y “Aporrea” www.aporrea.org aceptan publicarlo). ¿Por qué hacerlo? Alguien dijo “soy amigo de mis amigos, pero lo soy más de la verdad”; como en esas palabras puede verse una posible contradicción entre el apego a los amigos y el apego a la verdad, prefiero la postura/conducta de Gandhi que veía en la verdad la mejor herramienta para ayudar a sus amigos, al país y al mundo; (por su parte, el Che se quejaba de unas palabras demasiado elogiosas a su respecto, declarando que si la versión debía ajustarse a los hechos como el guante a la mano, su interlocutor había usado en la circunstancia un guante de box); más prosaicamente, el refrán popular brasileño, reza: “quien avisa, amigo es”.
Después de insinuarlo y decirlo incidentalmente varias veces, el 27 de enero de 2012 en el curso de la muy oficial conferencia de prensa que dio a medios nacionales e internacionales tras recibir al Ministro de Defensa de Perú, el Pte. Chávez proclamó  con todas las letras que es su voluntad quedarse hasta 2031 en el Palacio de Miraflores, si el pueblo así lo decide en la elecciones que se sucederán cada seis años.
A la luz de ese sometimiento ante la voluntad popular democráticamente expresada (y el propio ex-presidente norteamericano Jimmy Carter dijo que el sistema electoral venezolano era uno de los  mejores y más confiables del mundo), algunos podrían concluir que esa es una cuestión que los venezolanos han de resolver en las urnas, y que los de afuera deberíamos abstenernos de meter la cuchara. Pero sucede que lo que acontece con el proceso que dice querer caminar hacia el socialismo del siglo XXI en Venezuela nos afecta, para bien y para mal, a todos los que compartimos ese ideal, y  por eso todos tenemos igual derecho a intentar definir su perfil y lo que mejor le sirve, de la mejor manera posible (algo irónicamente y parafraseando un conocido dicho, alguien podría afirmar “lo que ocurre en Venezuela es demasiado importante como para dejarlo sólo en manos de los venezolanos”); una tercera razón que nos ampara en nuestro atrevimiento es el deseo de ayudar a la revolución bolivariana (cuyo destino afecta y afectará mucho a todos, en especial a los latinoamericanos, que creemos que el capitalismo debe ser superado si queremos que la humanidad y buena parte del planeta logren escapar a su alto poder biocida); por eso, otra vez, “quien avisa, amigo es” (aunque la divulgación de estas líneas nos cueste ser borrados de la lista de posibles invitados a Foros de intelectuales que se realizan en Venezuela).
En defensa de la repetida candidatura a la reelección del Pte. Chávez hasta el 2031 se pueden aducir su decisivo papel de liderazgo en el proceso bolivariano (ahora enriquecido con 13 años de ejercicio de la Presidencia), y la aprobación con la que cuenta entre los suyos (reciente encuesta de la firma privada venezolana Hinterlaces le da un 63% de aceptación y dice que 51%  aprueba su reelección). Contra este argumento cabe recordar que nada menos que el Partido Comunista de Cuba decidió hace poco que cada cargo dirigente podría ser ejercido como máximo por dos mandatos consecutivos, si entendí bien, exceptuándose de tal disposición a los actuales dirigentes, con Raúl Castro a la cabeza; si esta última precisión tiene el claro y criticable contenido de una subnorma hecha a la medida de determinadas personas (lo que contraría el carácter impersonal de toda norma, como el Che siempre lo demostró al aplicar cualquier medida dura en primer lugar a sí mismo), hay que preguntarse seriamente (y más el Pte. Chávez, que se dice gran admirador de esa Revolución), por qué se ha adoptado esa restricción a dos mandatos consecutivos para cada dirigente. En nuestro libro “El socialismo del siglo XXI en perspectiva ecomunitarista” (Ed. UASLP, México, 2009), ya hacíamos notar que la larga permanencia de algunos individuos en los cargos dirigentes, fue una de las grandes causas del derrumbe del llamado “socialismo real del siglo XX”; porque ese hecho generaba una cohorte de adulones y un culto a la personalidad (en especial del máximo líder, pero que se repetía en cada escalón del Partido dirigente y del Estado), que frenaba el ataque a los errores cometidos, la libre discusión sobre los mejores rumbos socialistas a tomar, e impedía el advenimiento de jóvenes cuadros (aunque fueran y debieran ser probados en la lucha y en la administración) con nuevas ideas, que permitieran a la sociedad mantener un permanente proceso de reformas orientado hacia el comunismo (en nuestra propuesta, hacia el ecomunitarismo), evitando así su encorsetamiento; al haber ocurrido éste, eso determinó que cuando se cuestionaron sus bases, todo el edificio se vino abajo, al contrario de lo que sucede en el capitalismo, que aprendió de larga data la lección de que “algo tiene que cambiar para que todo quede como está”. Así las pretendidas reformas de Teng Siao Ping en China y las de Gorbachov en la URSS  trajeron de hecho de vuelta el capitalismo puro y duro (con ciertos visos de capitalismo de Estado con Partido único en el gigante asiático, y claramente mafioso en Rusia), que desde la ex-URSS contagió a todo el llamado “campo socialista del Este europeo” (y en Asia parece contaminar desde China a Vietnam, a juzgar por los análisis de un gran conocedor y amigo de Vietnam, el profesor François Houtart); nótese que tampoco en Cuba faltan los supuestos revolucionarios que, incluso desde dentro del Partido Comunista, llaman a “seguir el camino chino”;  de ahí la decisiva importancia que reviste el actual debate y proceso de cambio económico (que de hecho también lo es filosófico, político, educativo-cultural y ecológico) que tiene lugar hoy en Cuba.  Así, a la luz de la experiencia de TODOS los procesos que se han guiado por el ideal del socialismo (“real”) en el siglo XX (con excepción de Corea del Norte, pero dudo que alguien en Venezuela invoque a este país como modelo de la democracia participativa que defiende el ideal bolivariano y del socialismo del siglo XXI), aconseja a NO mantener en su cargo por mucho tiempo consecutivamente a los dirigentes (y en especial a los más encumbrados).  Creemos que la vuelta a la condición de simple ciudadano-militante de cada dirigente por un cierto período, lo ayuda a ver desde abajo y en convivencia con la gente simple, la realidad-real del país (que aflora sin censura en las colas de los mercados, en los ómnibus y trenes, en las peluquerías y en los bares de la esquina); esa visión ayudaría al dirigente a mejor ejercer su función si/cuando fuera elegido nuevamente después para ello (lo que no obsta para que, por el tiempo en que quedara fuera de la misma, pueda ser un consejero muy valioso, y en especial ello se aplica al Pte. Chávez, que emularía así al Gandhi de toda la vida, y al Mandela que cede la presidencia a un camarada, sin embarcarse en la búsqueda de la reelección indefinida; además la edad de Chávez le permite que, tras un período en el llano, pudiera presentar nuevamente su candidatura a la presidencia, como en Uruguay, por ejemplo, ha ocurrido más de una vez con ex-presidentes, puesto que la reelección continuada está vedada por la Constitución.
La segunda razón que argüimos para sostener nuestra posición contraria a la postulación continua del Pte. Chávez a la presidencia hasta el 2031 (de hecho hasta seis años antes, cuando se realizará la elección que mandata hasta aquel año), viene de la estrategia-táctica imperialista. Sabemos que los imperios (y en especial el de EEUU y la OTAN), no necesitan pretextos para agredir a un pueblo (en proceso socialista, o simplemente nacionalista-antiimperialista) cuando creen que sus privilegios e intereses económico-político-militares  están amenazados; pero también sabemos que para consumar la agresión necesitan justificar mediáticamente sus actos a los ojos del mundo (comenzando por su propia opinión interna menos politizada, y siguiendo con la de los vecinos del agredido, y la del mundo en general); en ese sentido es ejemplar la tarea de calumnia-desinformación-
aislamiento llevada a cabo contra Irak y Libia, antes de las respectivas (y diferentes en sus características) invasiones y el derrocamiento-asesinato de los máximos dirigentes de turno en esos países. La importancia de este factor es la explicación de que Cuba, que tiene todo el derecho soberano de impugnar la concesión a EEUU de la Base de Guantánamo hecha por un gobierno cipayo en los albores del siglo XX, y tiene  toda la capacidad militar como para acabar momentáneamente con ese cáncer en su territorio, NUNCA ocupó por la fuerza ese doloroso enclave yanqui; hacerlo hubiera significado regalarle a EEUU la excusa perfecta para una agresión total contra Cuba (mil veces peor que la tímida incursión militar  de Playa Girón). Ahora bien, ¿cuál excusa esgrimieron los EEUU y la OTAN para invadir a Irak y Libia? (y que hoy tratan de usar en Siria): la de combatir a “un tirano que se perpetuaba en el poder”. La pregunta es: ¿Venezuela va a regalarle esa excusa a los mismos imperios (que acaban de demostrar que no vacilan en destrozar países y asesinar a sus máximos dirigentes, con o sin proceso legal)? Creemos que no debe hacerlo (máxime sabiendo que Maracaibo y el Estado Zulia podrían ser en Venezuela el equivalente perfecto de lo que fue Bengasi en Libia, o sea, cabeza de puente de la invasión imperial, y que la derecha venezolana está dispuesta a jugar el papel de “rebelde” que desempeñaron en Libia las fuerzas que llamaron a la intervención imperial y que provisoriamente han triunfado con su ayuda).
La tercera razón que esgrimimos es la de la confianza en los viejos y nuevos revolucionarios que Venezuela ha forjado o confirmado en la lucha, en especial en este período bolivariano; creemos que una simple mirada a la lista de quienes han ejercido la vicepresidencia y-o algunos cargos ministeriales, bastaría para mostrar que las huestes bolivarianas tienen much@s candidat@s capaces de representarlos en la lid presidencial, con las mismas posibilidades de victoria que Hugo Chávez, pues los logros de su gestión avalan a los ojos del pueblo a tod@s aquell@s que mejor la han representado. (Repetimos que la presencia de otra u otro Presidente bolivariano por un período constitucional, en nada impide que Chávez pueda volver a candidatarse en el siguiente, si las huestes bolivarianas así lo decidieran, en sus respectivos espacios de deliberación).
Un último punto y que se aplica ya al eventual próximo período presidencial de Hugo Chávez (que se abriría con su reelección en octubre de 2012), refiere a la evaluación de su estado de salud. Creo que se equivocan tanto el Presidente como la derecha opositora; esta última porque le augura menos de un año de vida sin tener ningún examen médico preciso en manos; él porque dice estar totalmente curado. Quien pasó por un cáncer sabe que hace falta un período de CINCO años (con tomografías y otros controles médicos) para determinar si hay metástasis o no. Así pues, hasta 2016, como mínimo, nadie puede opinar con rigor científico acerca de las secuelas o no que el padecimiento detectado-operado en 2011 pueda tener en la  salud del Presidente.
Para concluir, y como cabe en todo debate revolucionario, quedamos a la espera de cualquier crítica u observación relativa a nuestros puntos de vista.

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